Cancún.- Las agresiones en contra de transportistas y turistas han disminuido, pero el acoso por parte de taxistas “piratas” es una constante que se da a diario en el Aeropuerto Internacional de Cancún.
Así lo afirmó Águeda Esperilla, vocera de un grupo de operadores de Uber en Cancún, quien aplaudió la detención de uno de estos transportistas clandestinos, pero advirtió que este problema continuará, en tanto la Guardia Nacional continúe protegiendo a estos taxis ilegales, quienes tienen armada toda una red de “halcones”, “jaladores”, y choferes, quienes obligan a los turistas a irse con ellos.
Este viernes, la Fiscalía General del Estado informó de la detención de Eder Alexis “N”, quien fuera grabado mientras impedía que turistas extranjeros abordaran un automóvil, presuntamente Uber, y exigía por teléfono a sus compañeros que vinieran con la Guardia Nacional.
Entrevistada al respecto, Águeda Esperilla consideró positivo que está víctima denunciara y que el sujeto fuera detenido, aunque señaló que falta ver si se sigue el proceso en su contra, pues abundan los casos en los que la Fiscalía opta por liberar a los imputados.
“Dijeron que iban a quitar a los piratas, pero ellos continúan, al igual que el acoso. Ya no es tan grave, pero eso no significa que no ocurra”, declaró.
La Guardia Nacional continúa sin cambio. No solo no actúan en contra de estos piratas, sino que actúan como si estuvieran a sus órdenes, pese a tratarse de un transporte clandestino.
Tanto socios de Uber como transportistas federales han acusado a la Guardia Nacional de estar en contubernio con los dueños de estos vehículos, presuntamente ex agentes de la extinta Policía Federal.
“El acoso sigue, porque se paran al lado de los turistas y no dejan que tomen Uber. Eso es todos los días”, reiteró la quejosa. “El tema se soluciona con quitar a esos piratas, pero no lo hacen. Sí bajaron las agresiones, pero aún pasan”.
Como prueba de esta complicidad, la vocera recordó un caso, hace unos meses, en el que unos piratas patearon el coche de un socio Uber. La Guardia Nacional detuvo a dos de los agresores, y acordaron con la víctima llevarlos al Ministerio Público, ya que quería denunciarlos. El Uber viajó hasta las oficinas de la Fiscalía, en la Zona Hotelera, pero la Guardia Nacional con los detenidos nunca llegó.
Al regresar el conductor al aeropuerto xq vio que la Guardia Nacional seguía en custodia de los detenidos. Allí, lo exhortaron a que llegara a un acuerdo, sin querer entregar a este par. El socio Uber aceptó finalmente que le pagaran el daño, y la Guardia Nacional le obligó a firmar un documento en el que prometía no querellarse.