Cancún. – Poco después del 2010, “La Fuente del Tiempo” ubicada en el Parque de las Palapas de Cancún se volvió en uno de los escasos símbolos que podría nutrir la historia de la ciudad, pero con el paso de los años, este espacio se fue quedando en el abandono, a tal grado que en la actualidad se ha convertido en un asiento más de este espacio tradicional para la vida cancunense.
Entre las carretas de artesanías y los puestos ambulantes de antojitos, lo mínimo que ofrece esta afamada fuente es el tiempo y, por el contrario, solo expone ante sí un prologando y lastimoso olvido que la ha marcado desde su última remodelación en el 2017.
Ya lejos quedaron de este parque las lámparas que surtían luminosidad con la misma intensidad que lo hacían con los chorros de agua, cuya potencia en un principio se convirtieron en un motivo para que turistas y locales se detuviera un instante para admirar este atractivo y sencillo inmobiliario urbano en forma de pirámide. En la actualidad, este espacio se ha convertido en un “estorboso” rectángulo, en cuyo interior se pueden asomar ya algunos mosaicos levantados, desquebrajados, uno que otro fierro oxidado y una estructura vertical, abandonada a su razón de ser, entre el barullo de la gente que pasa