Varias decenas de ex rehenes y allegados a las víctimas del ataque de Hamás en Israel expresaron su rechazo a la ceremonia planeada por la ministra Miri Regev para conmemorar las masacres del 7 de octubre. En una carta, los firmantes, entre ellos varios exrehenes, manifestaron su oposición a cualquier uso de fotos o nombres de sus familiares en el evento.
Además, solicitaron la cancelación de la ceremonia, cuyo costo estimado supera el millón de euros, y exigieron que el Gobierno se enfoque en la liberación de los secuestrados.
La elección del lugar también fue objeto de controversia. Ofaqim, la ciudad seleccionada fue criticada por su vínculo con el partido Likud de Benjamin Netanyahu. La ceremonia, que se grabará sin público, también vio la retirada de varios artistas. En respuesta, las familias de las víctimas anunciaron una ceremonia alternativa en Tel Aviv.