Nicolás Maduro llevó a cabo una significativa renovación en su gabinete, en la que destaca el nombramiento de Diosdado Cabello, figura emblemática del ala dura del chavismo, como nuevo ministro de Interior. Este movimiento se produce en la víspera de una nueva manifestación de la oposición, justo un mes después de la controvertida reelección del autócrata.
La reestructuración del gobierno coincidió con la decisión de Edmundo González Urrutia, rival de Maduro en las elecciones del 28 de julio, de ignorar una segunda citación de la fiscalía en una investigación penal por sus denuncias de fraude electoral. Cabello, con 61 años y exministro de Interior durante el mandato de Hugo Chávez, asumirá la responsabilidad de la seguridad pública tras una larga trayectoria en el chavismo.
Por su parte, la vicepresidenta Delcy Rodríguez fue trasladada del Ministerio de Finanzas al estratégico Ministerio de Petróleo, en sustitución de Pedro Tellechea; mientras que Vladimir Padrino continuará al frente del Ministerio de Defensa.
En el contexto de creciente tensión, la líder opositora María Corina Machado denunció la detención de Perkins Rocha, su abogado, quien habría sido secuestrado por individuos no identificados. La crisis poselectoral se agrava con el arresto de Rocha, quien se suma a la lista de los activistas opositores detenidos en el último periodo.