Rusia descartó cualquier posibilidad de negociación con Ucrania debido a la reciente ofensiva lanzada por las fuerzas ucranianas en la región rusa de Kursk, iniciada el 6 de agosto.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que sus tropas tomaron control de más de 1,250 kilómetros cuadrados y 92 localidades en territorio ruso, en un intento por obligar al Kremlin a entablar “negociaciones justas”. Sin embargo, Moscú mantiene su postura inflexible y no considera apropiado dialogar en la actual fase del conflicto.
“Debemos forzar a Rusia, con todas nuestras fuerzas y nuestros socios, a hacer la paz”, señaló. Según Kiev, uno de los objetivos de esta ofensiva sorpresa es obligar al Kremlin a participar en unas “negociaciones justas” y no ocupar permanentemente los territorios tomados.
La ofensiva ucraniana captó la atención internacional, pero los combates más intensos continúan en el este de Ucrania. Rusia aseguró haber tomado la localidad de Zalizne en la región de Donetsk y está acercándose a Pokrovsk, un importante centro logístico.
En el suroeste de Rusia, un ataque con drones ucranianos provocó un incendio en depósitos de combustible en Proletarsk, lo que llevó a declarar un estado de emergencia.
El primer ministro indio, Narendra Modi, visitará Ucrania esta semana, mientras que su homólogo chino, Li Qiang, visitará Rusia y Bielorrusia, en medio de crecientes lazos diplomáticos y económicos entre Pekín y Moscú. Alemania, por su parte, planea mantener su apoyo militar a Ucrania, a pesar de una posible reducción de su presupuesto en 2025.