Las denuncias de hostigamiento y acoso sexual en la Administración Pública Federal, presentadas en los Comités de Ética, registraron un aumento de 542% en el periodo de 2016 a 2021, siendo en el Gobierno de la Cuarta Transformación donde se dispararon los casos.
De acuerdo con el “Registro de Casos de Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual en la Administración Pública Federal 2021”, el más reciente emitido por el Instituto Nacional de las Mujeres, en 2016 se presentaron 50 denuncias en la materia; en 2017, los casos sumaron 145, y en 2018 alcanzaron los 211.
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En 2019, ya en el Gobierno de la llamada Cuarta Transformación, se registraron 274 denuncias; para 2020 hubo un descenso, con 255 casos; mientras que en 2021 volvieron a ascender, con 321.
De acuerdo con el documento, en 2021, último año de registro, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) encabezó las quejas, con 58; le sigue la Secretaría de Marina, con 55; el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, con 18; luego el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, que suma 11, y después, empatados con 9 casos cada uno, la Secretaría del Bienestar, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Según el registro de 2021, en 90 de los 321 casos la víctima denunció haber sufrido contacto físico sugestivo o de naturaleza sexual. De esos casos, en 82 (91%) la persona denunciante fue una mujer.
En 48 casos la víctima señaló que la persona denunciada le manifestó abierta o indirectamente su interés sexual y en 41 de estos casos las personas agredidas fueron mujeres.
Respecto a la distribución por sexo de las víctimas de hostigamiento o de acoso sexual denunciados en 2021, en 276 denuncias las víctimas fueron mujeres, 11 hombres y en 34 casos no se especificó el sexo.
Para Victoria Alva Lugo, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle se necesita implementar en la Administración Pública Federal una cultura de prevención y ampliar las facultades de denuncias.
“Por ejemplo, si nosotros hablamos de un tipo de acoso, el acoso puede ser de forma verbal, puede ser de forma no verbal y sin contacto físico, o puede ser verbal y con contacto físico, entonces vamos a observar también que dentro del despliegue de estas conductas, van a ser progresivas”, dijo.
En ese sentido, sugirió que si el acoso se desea erradicar al nivel cero, se debe saber qué es un termómetro de violencia. Además de que también se debe analizar, investigar y medir qué es lo que se puede hacer antes del evento, durante y posteriormente.
“Tendríamos que generar toda esta cultura, investigar, medir, analizar, cómo se va avanzando a través de estos tres diferentes escalones, también esta herramienta tiene que ser efectiva”, detalló.
Por su parte, Viviana Galicia, activista a favor de los derechos para la mujer, indicó que durante años el acoso sexual en los trabajos se ha normalizado y cuando se denuncia se revictimiza y se afecta a la mujer, ya que en algunos casos, cuando las pesquisas proceden, se procede a la reubicación de la afectada.
“Cuando las denuncias proceden se afecta a la mujer, porque se opta por la reubicación de su plaza, pero muchas veces se volverán a encontrar en otros estados y las víctimas terminan renunciando a sus trabajos” indicó.
Por ello hizo un llamado a que desde la administración pública se analicen protocolos para sancionar este fenómeno.
En 2020, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Función Pública y el Instituto Nacional de las Mujeres emitieron un nuevo Protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento sexual y acoso sexual, el cual entró en vigor el 17 de febrero de ese año.
Como parte de dicho protocolo, todas las instituciones públicas emitieron un pronunciamiento de Cero Tolerancia ante el hostigamiento y acoso sexual, como “una medida que busca inhibir y alertar sobre esas conductas, hay que ubicarlo en un lugar visible y socializarlo entre todo el personal”.
LEG
Con información de 24 Horas