Entre 2017 y 2022, el consumo de anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis o estimulantes de uso médico creció 218%, informó la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama).
De acuerdo con Evalinda Barrón, integrante de esta Comisión, en 2022 las anfetaminas, éxtasis, metanfetaminas y estimulantes de uso médico fueron las sustancias de mayor demanda de tratamiento, con 46.2% de los casos, seguidos del alcohol, 24.6%, y marihuana o cannabis, 13.3%
En México, hasta enero de 2023, 35.6 millones de personas han recibido servicios de prevención y atención a través de la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones (ENPA).
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De acuerdo con datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones 2023, que coordina Conasama, “México atraviesa una transición epidemiológica en cuanto a la demanda de atención por uso de metanfetaminas; esto genera más ingresos a tratamiento en mayor número de entidades federativas, ya que pasó de seis estados en 2017, a 21 en 2022”.
En cuanto a drogas emergentes como fentanilo, desde 2018 se ha constatado un crecimiento; los principales focos de consumo se encuentran en las ciudades fronterizas de Mexicali y Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua, y San Luis Río Colorado, Sonora.
En dos terceras partes de los estados de la República se presentan patrones similares de demanda de atención por tipo de sustancia. En el sur es por alcohol, cannabis y cocaína; en el noroccidente prevalecen las metanfetaminas, el alcohol y cannabis o marihuana; en Baja California y Sonora destaca la presencia de opioides.
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Barrón Velázquez indicó que la Encuesta en línea sobre el uso de cannabis y derivados 2023, aplicada a 13 mil 470 personas de 12 a 75 años, mostró que 28.3%, es decir, tres mil 769, la consumió alguna vez en la vida; de ellas, una de cada cinco dijo usarla en la actualidad y, una de cada cuatro ha intentado dejarla.
Añadió que las principales razones para consumir, son la mejora del sueño y del rendimiento, reducción de síntomas físicos y estrés, para socializar, tratar estados emocionales, por experimentación y por diversión. Del total de personas entrevistadas, 41.2% considera que su consumo es riesgoso.
El director de Prevención y Participación Social del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (Censida), Francisco Javier Quezada Juárez, se pronunció por poner un alto al estigma y discriminación y reforzar la prevención. Este desafío no sólo atañe a la justicia y la seguridad, es responsabilidad del sistema de salud pública porque afecta la calidad de vida de millones de personas.
Con información de 24 Horas