Más de 4 mil desplazados del municipio de Tila, Chiapas, decidieron no retornar a sus hogares debido a la falta de condiciones de seguridad.
El grupo, que actualmente se encuentra en el municipio vecino de Yajalón, acordó en una asamblea permanecer allí hasta que las autoridades puedan garantizar un retorno seguro y digno. Las familias, que permanecen en la Unidad Deportiva y el auditorio municipal de Yajalón, expresaron su preocupación por la presencia continua de grupos paramilitares armados en Tila.
Desde hace varios años, Tila ha sido escenario de un conflicto constante protagonizado por el grupo paramilitar conocido como Los Autónomos o Fuerzas Armas de Tila (FAT). Este grupo ha estado hostigando a los habitantes del municipio, lo que llevó al desplazamiento de miles de personas.
Las familias desplazadas han solicitado el desarme y la detención de los líderes de esta organización para poder regresar a sus hogares con seguridad.
El origen del conflicto
El 16 de diciembre de 2015, Los Autónomos tomaron la alcaldía de Tila, declarando que ellos eran la única autoridad en el municipio y que este debía regirse por usos y costumbres. Este evento marcó el inicio de una intensificación en el conflicto. Los Autónomos reclamaron como propias 130 hectáreas ubicadas en la cabecera municipal, tierras que no son laborables y que se encuentran en el casco urbano, donde residen cientos de personas.
Durante la pandemia de COVID-19, Los Autónomos cerraron la cabecera municipal con tres puertas gigantes, permitiendo el acceso solo de 6 de la mañana a 6 de la tarde. Esta medida impidió que varios enfermos de COVID-19 fueran trasladados a hospitales en Yajalón, resultando en muertes que, según los desplazados, podrían haberse evitado. El cierre también afectó el suministro de medicinas y alimentos, exacerbando las dificultades para la población.
Resistencia y represalias
El 11 de septiembre de 2020, tras más de medio año de estar sitiados, los habitantes de Tila derribaron una de las puertas impuestas por Los Autónomos. Este acto de resistencia resultó en un violento enfrentamiento que dejó varios muertos y heridos. En respuesta, Los Autónomos intensificaron su control, comenzando a cobrar derecho de piso a comerciantes y forzando a los jóvenes a unirse a sus filas. Las exigencias financieras eran desorbitantes: 500 mil pesos mensuales a los dueños de tiendas de abarrotes, un millón de pesos a empresas refresqueras, y entre 20 mil a 70 mil pesos a negocios medianos. Aquellos que no pagaban eran víctimas de saqueos, robos y destrucción de sus propiedades.
La aparente paz y la renovación del conflicto
Entre octubre de 2023 y mayo de 2024, Tila experimentó una aparente calma con la presencia de la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía. Sin embargo, Los Autónomos expulsaron a las fuerzas de seguridad de manera repentina, prometiendo seguridad a la población, una promesa que rápidamente se demostró falsa. Entre el 3 y el 7 de junio de 2024, Los Autónomos lanzaron una nueva ola de hostigamiento, saqueando casas y negocios, y reclutando forzosamente a jóvenes y niños.
Durante estos días de violencia, cinco personas fueron asesinadas, tres resultaron heridas, 17 casas fueron quemadas y 21 vehículos destruidos. Según los desplazados, al menos dos adolescentes fueron agredidas sexualmente por los agresores.
El éxodo y la esperanza de regreso
Tras estos cuatro días de violencia, las fuerzas de seguridad lograron entrar nuevamente a Tila, permitiendo que 4 mil 187 personas huyeran buscando refugio en Petalcingo y Yajalón. Antes de esto, decenas de habitantes ya habían huido a San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Comitán, Tuxtla, Villahermosa y Ciudad de México.
Durante la asamblea en el auditorio municipal de Yajalón, los desplazados leyeron una lista de 20 personas, incluyendo niños y adolescentes, que han sido asesinadas por los paramilitares desde 2015 hasta 2024. Esta lista es un testimonio sombrío de la violencia y la impunidad que han marcado la vida en Tila.
Demandas de los desplazados
Hombres y mujeres que tomaron la palabra en la asamblea subrayaron que su principal demanda para regresar es la aplicación del Estado de derecho. Exigen condiciones de seguridad para recuperar sus casas y certezas jurídicas para no ser despojados de sus propiedades, ya que “nuestros padres y abuelos nacieron en Tila”, recalcaron. La narrativa de una mujer cuyo padre fue asesinado por miembros de FAT el 11 de septiembre de 2020, resuena con fuerza: “No hay garantías para regresar. No podemos aceptar una negociación mediocre. Tila no le pertenece a Los Autónomos”.
Un Futuro Incierto
Por ahora, las familias desplazadas continuarán en Yajalón, esperando que las autoridades establezcan las condiciones necesarias para un retorno digno y seguro. La situación en Tila sigue siendo tensa y la presencia de Los Autónomos plantea una amenaza constante. Los desplazados han dejado claro que no regresarán hasta que se desarme y detenga a los líderes paramilitares, y se restablezca el Estado de derecho en su municipio.
El desafío para las autoridades es monumental. Deberán abordar no solo la desarticulación de un grupo paramilitar profundamente arraigado, sino también la reparación del tejido social roto y la restitución de los derechos de los desplazados. La comunidad internacional, las organizaciones de derechos humanos y los ciudadanos de México observan con atención, esperando que se haga justicia y se restaure la paz en Tila.
Entre las demandas de los desplazados se encuentran la realización de cateos y la emisión de órdenes de aprehensión contra los líderes de los “autónomos”, quienes, aseguran, están escondidos en la comunidad de Sañojá.
Asimismo, exigen la aplicación del Estado de derecho y que los asesinatos cometidos por estos grupos no queden impunes, pidiendo justicia por los crímenes sufridos.
En una asamblea realizada en el vecino municipio de Yajalón, donde están refugiadas cientos de personas, una mujer desplazada cuestionó: “¿Cómo vamos a regresar?, o, ¿se quieren regresar ustedes?”, a lo que la mayoría de los presentes respondió con un rotundo “No”.
El lunes, autoridades federales, estatales y municipales de Tila acordaron que este martes iniciaría el regreso de más de 4 mil desplazados. Para ello, la Secretaría de Protección Civil estatal había dispuesto transporte, y se había convenido que fuerzas de seguridad federales y estatales acompañarían el retorno y permanecerían en Tila el tiempo que fuera necesario para garantizar la seguridad de la población.
Sin embargo, otra mujer desplazada que tomó la palabra afirmó que no reconocen los acuerdos tomados de manera “unilateral” en una mesa de diálogo y reiteró la exigencia de castigo para los responsables de la violencia.
En conclusión, los desplazados de Tila en Yajalón se rehúsan a regresar debido a la falta de condiciones de seguridad y continúan demandando justicia y la implementación del Estado de derecho para garantizar su bienestar y seguridad.
Con información de Argenis Esquipulas
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