Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente, próximos titulares de Economía y Relaciones Exteriores, señalaron que el Gobierno de México abrirá el diálogo con Estados Unidos, pero ese país no tiene legitimidad para criticar la reforma judicial.
En una carta de respuesta al embajador Ken Salazar, indicaron que “el pueblo mexicano es capaz de juzgar lo que más le conviene. Estados Unidos no debería privarles de sus derechos sugiriendo lo contrario”.
“México se encuentra en un proceso interno para abordar la tan necesaria reforma de su sistema de justicia, con el propósito de fortalecer y reforzar su transparencia y eficacia”, señalaron.
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La misiva también responde al diario The Washington Post y le indica que “de que los asuntos internos de México son un asunto de interés hemisférico, tal interferencia es contraria al principio reconocido por la ONU de que las naciones tienen el deber de no intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de ningún Estado”.
Abundaron que “así como México respeta el derecho a la autodeterminación de Estados Unidos a través de sus procesos políticos, aun cuando los resultados afecten intereses mexicanos, Estados Unidos debe mostrar el mismo respeto por la búsqueda soberana de México de un poder judicial más transparente, responsable e independiente, un poder judicial más transparente, responsable e independiente, conducido a través de nuestros procedimientos legales constitucionales internos”.