La historia de México, una joven República de poco más de 200 años, está plagada de gestas heroicas en defensa de la soberanía de su territorio, su gente y su derecho a existir como nación, que al día de hoy se recuerdan a través de monumentos y lugares que preservan la memoria de tiempos de mayor peligro.
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En la CDMX, el corazón de la capital se lo disputan el Zócalo capitalino y el Ángel de la Independencia, esa columna que remata una escultura de la Victoria Alada coronando al pueblo, la cual conmemora el fin de la Nueva España y el nacimiento de México.
Pero a la independencia de España, pocos años después siguió la guerra contra un enemigo proveniente del Norte, los Estados Unidos de América.
Del recuerdo de aquélla guerra, en la que México perdió la mitad de su territorio y en Palacio Nacional ondeó la bandera de las barras y estrellas durante meses, en la CDMX quedan como testimonio el Castillo de Chapultepec y el exconvento de Churubusco, donde las tropas mexicanas se batieron como leones antes de entregar los baluartes.
Y para recordar la gesta de los soldados y cadetes que pelearon en la guerra de 1847, a los pies del Castillo se erigió el Altar a la Patria, donde reposan los restos de los llamados Niños Héroes y del coronel Santiago Xicoténcatl, quien murió sangrando de 14 heridas, envuelto en la bandera tricolor del su batallón.
Para el investigador de la UAM Martín Checa-Artasu, geógrafo y premio INAH 2022, este monumento representa la forma en que se construye la patria.
“Sí, somos independientes, ¿pero qué hechos ameritan para decir ‘hemos construido patria?’. Los héroes murieron por la patria, defendieron la bandera. La captura de la bandera era el fin, era la derrota ¿Qué significa o qué reivindica este monumento? Reivindica un acto militar para celebrar a los héroes que lucharon, que murieron en la batalla y que evitaron una humillación”, explica a 24 HORAS.
El monumento se compone por seis columnas y al centro, “una mujer sentada en un trono con un cadete en sus brazos y uno a su lado que sostiene la bandera nacional. Ese monumento coincide en el tiempo con la modernidad de Chapultepec, como parque urbano”, detalló el investigador.
Un poco más adentro del Bosque de Chapultepec se erige otro recuerdo, menos imponente y conocido, un obelisco también dedicado a los Niños Héroes, erigido a principios del Siglo XX a los pies del castillo que defendieron los alumnos del entonces Colegio Militar contra las tropas estadounidenses.
De la guerra de 1862, en esta ocasión contra los franceses de Napoleón III, la Ciudad de México resguarda la tumba original del general Ignacio Zaragoza en el Panteón de San Fernando.
Hace años que el héroe de la batalla del 5 de mayo reposa en un mausoleo en Puebla, el lugar de su gloriosa victoria, pero la tumba original, próxima a la del entonces presidente Benito Juárez, permanece cerca del Metro Hidalgo.
La siguiente invasión fue en 1914, también por parte de los Estados Unidos, en plena Revolución Mexicana, cuyos vestigios en la capital, como armas y banderas, se resguardan en el exconvento de Churubusco, hoy Museo de las Intervenciones.
Finalmente, ya bien entrado el Siglo XX, México se vio en la necesidad de enviar tropas al exterior por primera vez en su historia, en medio de la vorágine de la Segunda Guerra Mundial, que puso en conflicto a países y territorios de América, Asia, Oceanía, Europa y África.
Hundidos los petroleros Faja de Oro y Potrero del Llano en el Golfo de México por submarinos alemanes, la República Mexicana declaró la guerra a Japón, Alemania e Italia en 1942 y se dispuso a enviar apoyo a los aliados.
En aquel momento, el Gobierno decidió enviar al Pacífico a 31 pilotos escogidos con sus respectivos mecánicos y personal de tierra a pelear contra el Imperio Japonés, siendo este el Escuadrón 201.
Con más de 90 misiones de combate y mil 500 bombas arrojadas, para los pilotos y su personal de apoyo, especialmente para los que murieron en los cielos del Pacífico, se erigió el Monumento a las Águilas Caídas, que permanece en Chapultepec como testimonio de los mexicanos que participaron en la liberación de las Islas Filipinas.
Sin embargo, este espacio tiene un giro en su historia, pues originalmente fue creado para rememorar la guerra contra los EU.
“Lo curioso, inicialmente era un monumento para los héroes patrios que lucharon contra los estadounidenses en 1847… y luego colocan unas placas que recuerdan al contingente militar mexicano que fue a colaborar con los estadounidenses en la Guerra del Pacífico”, resaltó Checa-Artasu
Monumento a las Águilas Caídas
En el Bosque de Chapultepec, se erige esta tribuna romana que recuerda a los integrantes de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, quienes pelearon en los cielos del Pacífico contra el Imperio Japonés, en la Segunda Guerra Mundial, y participaron en la liberación de las Islas Filipinas.
Altar a la Patria
A los pies del Castillo de Chapultepec, donde soldados y cadetes se batieron contra las tropas de EU en 1847, se erige este monumento en honor a los caídos en dicha guerra, donde México perdió la mitad de su territorio.
Museo de las Intervenciones
En este lugar, un baluarte en la guerra contra los EU, se resguardan armas, banderas y recuerdos de las distintas invasiones que ha sufrido México como República por parte de potencias extranjeras como EU, Francia y España.
LEG
Con información de 24 Horas