Julio Scherer García, en abril de 2010, entrevistó a Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa.
La revista Proceso, en su edición 1744, publicó el texto en el que el líder del narcotráfico relató que se dedicaba a la agricultura y ganadería.
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“Tengo pánico de que me encierren. No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría. Yo me dedico a la agricultura y a la ganadería, pero si puedo hacer un negocio en los Estados Unidos, lo hago”.
El jefe de una facción del Cártel de Sinaloa habló sobre las cuatro ocasiones en que el Ejército estuvo a punto de detenerlo, y se mantuvo libre, hasta este jueves que fue detenido en Estados Unidos.
Zambada también habló de su vida privada e indicó: Tengo a mi esposa, cinco mujeres, quince nietos y un bisnieto. Ellas, las seis, están aquí, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena, el cielo no. A veces el cielo niega la lluvia”.
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El Mayo aseveró que si un día lo mataban o detenían nada cambiaría respecto a la incidencia del narcotráfico.
“Un día decido entregarme al gobierno para que me “fusile” (sic). Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió (…) el problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.
MSA