Playa del Carmen.- Gabriel Ronquillo, quien fuera director de Desarrollo Urbano en el gobierno municipal de Lili Campos Miranda, citó a un empresario a un restaurante, en el que le cobró 800 mil pesos en efectivo, para extenderle un permiso de ampliación de obra, que hoy fue revocado por irregular. No se trata de un caso aislado, pues fueron muchos quienes accedieron a pagar “a la mano” a funcionarios de la pasada administración por diversos permisos.
Lo anterior lo reveló Felipe Grillasca, propietario de la obra en construcción en la avenida Chemuyil con Paseo Central (detrás de Plaza las Américas), actualmente desarrollada por el “Grupo 28”, luego que inspectores de Desarrollo Urbano colocaran sellos de suspendido a este predio, en tanto se regularice esta situación.
En entrevista, este empresario admite que la obtención de su permiso de ampliación de obra se trató de un acto de corrupción, pero en su defensa señala que fue mal aconsejado por un Director Responsable de Obra (DRO), el ingeniero Raúl Negrete, quien le insistió en que obtuviera este documento en el último mes de la administración municipal pasada.
Este empresario confiesa que se citó en el restaurante Carls Jr. con Gabriel Ronquillo, para entregarle los 800 mil pesos solicitados, en efectivo, a cambio de su permiso, que ahora es desconocido como irregular por el gobierno de Estefanía Mercado.
No es un caso aislado. Hace un mes, de forma sorpresiva, la empresa Tomza construyó una gasera en el fraccionamiento Villas del Sol, en solo dos semanas, con un permiso obtenido en las últimas semanas del gobierno de Lili Campos, mismo que fue congelado por la actual administración.
Para “Grupo 28”, haber sucumbido a esta oferta de dar dinero “a la mano” a cambio de un permiso significa que su inversión de 150 millones de pesos ha quedado congelada.
Felipe Grillasca señala que estos sellos significa que sus más 200 trabajadores han quedado sin trabajo a dos semanas de la Navidad, pues la nómina de esta obra es cercana al millón de pesos semanal.
En este sentido el propietario de esta obra dijo entender al Ayuntamiento de Solidaridad en su afán de querer regularizar los permisos, pero consideró lamentable que quienes paguen los “platos rotos” sean los inversionistas y los trabajadores, mientras los ex funcionarios involucrados ya estén “desaparecidos” y el DRO que lo indujo a esta irregularidad sigue impune.
“Que el nuevo gobierno sea comprensivo y que vea las consecuencias de lo que ocurre”, exhortó el empresario, quien no ocultó su enojo con Raúl Negrete, a quien se dirigió directamente a través de la prensa.
“El colegio (de Ingenieros) debiera quitarte la licencia, mira lo que causas”, señaló.
“Ronquillo, ya te fuiste con las bolsas llenas, porque fueron a muchos empresarios más que les pidieron dinero en efectivo”, añadió, dirigiéndose al ex director de Lili Campos.
NEGROS ANTECEDENTES
Esta no es la primera polémica que involucra a Gabriel Ronquillo, ahora ex director de Desarrollo Urbano, pues él firmó la autorización para la construcción de un edificio de 22 niveles junto a Playa Paraíso, el que vecinos aseguran destruiría un campamento tortuguero.
También se encargó de defender ante regidores el proyecto “Villa Verde” de Atta Homes, uno de los mayores escándalos del pasado trienio.
Rocío Beltrán Sánchez, entonces secretaria de Ordenamiento Territorial, autorizó ese proyecto, de 2 mil viviendas, en una densidad superior a la permitida, y de inmediato renunció a su cargo. El caso fue tan llamativo que este permiso quedó congelado.
En junio de este año, a tres meses del fin del gobierno de Lili Campos, Gabriel Ronquillo llevó a estos desarrolladores al Cabildo para que defendieran su proyecto y lograran reactivar esta autorización. A pesar de sus esfuerzos, tuvo que admitir que la densidad de las casas era muy alta, además que estas mismas viviendas eran en extremo pequeñas.