Playa del Carmen.- El Gobierno Federal anunció en días pasados un acuerdo para reducir el precio de la tortilla en dos pesos, pero únicamente firmado por tres asociaciones de tortillerías del centro de la república, sin que se adhirieran la mayoría de las agrupaciones de este gremio, quienes no aceptaron esta reducción, por no ofrecer condiciones que permitiera disminuir el costo de sus insumos.
Rubén Montalvo Morales, presidente de la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla, señaló que su agrupación, al igual que muchas otras, no firmaron este acuerdo, pues les pedían a ellos realizar el “sacrificio” de reducir el precio de su producto, sin que harineras o productores se comprometieran a bajar su precios.
En entrevista, el empresario recordó que Julio Berdegué, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Seder), en octubre anunció la intención de la administración de reducir en dos pesos el precio de la tortilla a lo largo de su sexenio, para lo cual iniciaron una mesa de trabajo, con agricultores, harineras, distribuidores e industriales de la masa y la tortilla.
Desde un inicio, las empresas harineras aclararon que ellos no reducirían sus precios, y lo único que aceptaron es que mantendrían estos costos estables, hasta inicio de julio. Por su parte, si bien el gobierno compra cierta cantidad de maíz que puede ofrecer a bajo costo, esto es principalmente para sus propias tiendas del Bienestar (ex Liconsa), sin que tenga la capacidad de surtir a los industriales de la tortilla en el país.
“Si quieren que esto funcione, tienen que adquirir 10 veces más la cantidad que maíz que compran ahora, lo que es casi el 50% de la producción nacional del maíz comestible, y no están en condiciones de hacerlo”, indicó el líder empresarial. “Ellos indican que lo que les sobra de las tiendas se lo darán a la masa y tortilla, pero si no sobran, no nos surten”.
Los industriales le explicaron al gobierno federal, en la mesa de trabajo, que no había condiciones para que puedan reducir sus precios, en vista de estos problemas, pero que podían trabajar en atender estas situaciones, para así lograr estabilizar el precio.
“Le planteamos esto, pero ellos ya tenían prisa, porque querían sacar su anuncio público. Al final, firmaron un acuerdo con tres organizaciones del centro de la república y no oyeron a la mayoría de otros estados”, comentó Montalvo Morales.
El resultado es un acuerdo prácticamente “vacío”, que no será puesto en práctica, pero con el que se hace creer a la ciudadanía que ya descenderá el precio de la tortilla, lo que generará tensión entre las tortillerías y sus clientes.
“Este anuncio nos afecta, porque nos acusarán de abusivos o de querer robarles”, comentó el presidente de esta asociación.
La estimación de esta industria es que, para llegar a esta meta de dos pesos, la tonelada de maíz debe costar 3 mil pesos menos, y la de harina unas 4 mil toneladas.
A pesar de este anuncio “voluntario” realizado sin la participación de la mayoría de las tortillerías, la mesa de trabajo continúa, por lo que tocará revisar qué es lo que se firmó y continuar trabajando en estabilizar el precio.
REZAGO DE DÉCADAS
Rubén Montalvo Morales declaró que la tortilla todavía no halla su punto de equilibrio, pues históricamente ha tenido un precio artificialmente bajo, que era fijado por el gobierno, hasta que el presidente Ernesto Zedillo quitó los subsidios en 1988 y dejó que fuera el libre mercado el que fijara el precio de la tortilla.
El resultado es que los insumos subieron de golpe hasta 10 pesos o más, pero los industriales subían el precio de su producto solo de forma paulatina, por presiones de gobierno y sociales. En la actualidad, la tortilla todavía se vende por debajo de su valor, mientras los costos continúan al alza.
No solo se trata del maíz o la harina, sino también papel, gas, renta, seguro social, salarios y, últimamente, los permisos municipales, “que se han ido a las nubes”, lamentó.
